Actitud, Vestimenta y Comunicación

El éxito es algo que se destaca en nuestra imagen, nos define y posiciona como individuos ante la sociedad, no por los ingresos sino por lo que proyectamos. En el mundo laboral hay tres pilares que moldean al éxito:
El poder de la actitud.
Más que un comportamiento, la actitud es una forma de pensar, una decisión personal sobre la forma en que vemos las circunstancias y cómo afrontarlas.
El poder de la vestimenta.
Ser un líder y lucir cómo tal son dos cosas muy distintas, pero que pueden ser combinadas. No se trata de vestir de manera elegante todo el tiempo y en cualquier empleo, sino de usar una vestimenta congruente al puesto que desempeñamos y el objetivo que deseamos.
El poder de la comunicación.
Aquel que no habla no se le escucha y por lo mismo no crece. Quien sabe hablar en público tiene conquistado uno de los pilares del éxito. Recuerda que en el espacio profesional no solo es comunicar sino también saber escuchar.
El espejo de nuestras emociones
¿Alguna vez te han traicionado tus emociones?
Ser coherentes con nuestro lenguaje corporal y lo que deseamos comunicar es fundamental, porque nuestras emociones van a trascender nuestros movimientos inconscientes y tu interlocutor podrá percibir la inconsistencia de tu mensaje, aunque no lo ponga en palabras.
Nunca te olvides que “lo que no dices es lo que se ve”, y que tu lenguaje corporal es 9 veces más poderoso que tus palabras. Veamos algunos ejemplos:
Contacto visual: Si al saludar no haces contacto visual con tu interlocutor y al ofrecer la mano ésta se encuentra sudorosa, sin palabras, habrás enviado el mensaje: «No estoy seguro de lo que soy. Creo que no soy el mejor y por eso estoy nervioso».
Tu voz: Un volumen de voz bajo comunica: «Mis ideas no son tan valiosas como para escucharse».
Postura: Si lo unimos a lo anterior, nuestra postura también enfatiza nuestra inseguridad mostrando unos hombros caídos y unos pies muy juntos.
Por mucho que tengas un excelente argumento y hables perfectamente no lograrás comunicar confianza y credibilidad.
¿De qué depende nuestro lenguaje corporal?
De tu carácter
Si eres introvertido o extrovertido
Del sexo (hombres y mujeres se mueven de manera distinta)
Del entorno
De tus hábitos
De tu anatomía
La próxima vez que desees convencer a alguien sobre tus ideas o capacidades procura evitar incongruencias de tus palabras y lenguaje corporal.
Mantén contacto visual con tu interlocutor
Asegúrate de no bajar la mirada, pues es signo de inseguridad.
Evita una postura de pie con las piernas demasiado juntas, prefiere separarlas un poco.
Evita tener las manos en los bolsillos (falda o pantalón), ya que comunica una fuerte inseguridad.
Mientras hables no te toques la nariz o tapes tu boca, parecerá que no estás seguro o que ocultas algo.
Evita tocar tus prendas principalmente en la vestimenta del tronco, como arreglar tu corbata mientras hablas o tocar las solapas de tu saco, etc. Es otra señal de inseguridad.
Mantén un volumen de voz adecuado y acorde con tus palabras, enfatizando aquellas de importancia.
No te cruces de brazos o estarás provocando una barrera de comunicación.
Nunca olvides sonreír. La sonrisa es el signo no verbal más poderoso para comunicar confianza y credibilidad.
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